Poemas del cajón

encontré una banda de poemas viejísimos en un cajón...
transcribí los ke me parecían los menos peorcitos...
ahí van un par


La senda de la derrota
No es fácil cazar ángeles bajo un cielo negro...
Yo lo sé!
No es más ke ocacionalmente cotidiano lidiar con la beññeza
con las manos abiertas y la boca cerrada.

Todo está tan calmo ke parece ke la muerte
ha paseado por estos pasillos
y, al verse, se suicidó instantaneamente.
En el mar oscuro de mi mente contemplo
mi acompañada soledad.

Alzo la cabeza para fundirme en el entorno
y una orkesta de cuervos cubre el cielo
tarareando una marcha de Chopin.

Cada baldosa ke piso se vuelve un paso más cerca
de mi glorioso flagelo...
Mi funeral, una bacanal de los interesantes!

Todas las cosas ke le huibiese dicho
al decadente y ferboso reflejo de mi esencia
se lo digo a mi desdichada alma
ke, disfrazada de arlekín,
se ríe de mí mientras palpa los senos de mi musa.

21/04/04



Alabanza al olvidad Sol
Oh Sol! Querido rey del firmamento,
muéstrote mi arrepentimiento
por mis días de noctámbulo
en los que no fuiste mi inmenso techo
y por las largas y jolgoriosas noches que vendrán!

Alegre me encuentro y salgo a recibirte
de brazos abiertos,
pues así debía de ser nuestro encuentro,
cara a cara,
tú alimentando mis días oscuros,
matando mi pánico y convirtiéndolo en jazmines.

Así espero volver a verte,
vivaz de disgusto o dichoso
por las décadas de las décadas
hasta que abaniques mi tumba!


VIII-IX-MMV



La muerte de un poeta
Nanns moría esa noche,
agonizando después de toda una vida
de placer, a gusto con su final.
Era fácil para el poeta;
morir era solo vivir otra aventura
inteligible.

"Veo mi cama, me veo a mi,
observo al rededor mío a mis hijos,
a mis compañeros que aguantan su llanto...
Así ha de ser, será la parte divertida
después de tanto sufrir".

La hora se acercaba y el voluptuoso poeta parecía tranquilo...
"A ustedes, mis fieles compañeros,
mis últimas palabras daré.
Tres cosas les quiero decir:
No menosprecien la placer
ni al amor infinito,
pues de eso viviremos y por eso
moriremos.
Si al morir puedo, de alguna manera,
retornar,
les contaré cómo es,
como una postal.

Y tengan bien por seguro
que así ha de morir el poeta,
inentendido.
Pues aquí yace el poeta,
el ser que aceptó y vivió el martirio
de conocer la belleza
y el placer,
y así ha de morir
comprendiéndolo pero sin ser
parte de él".


[04/02/05]



(sin título)
Sé que podría detenerme en este rincón recógnito
de mis temporales deseos
(contaminan cual bencina en mi sangre y desaparecen),
pues por un tiempo me posaré en la falsa lujuria que supo rodearme
por intensos instantes.

Buscar en este Pandemonio de placeres
orgásmicos.
Drena mi mente hacia el suelo de ébano,
por un momento,
para poder así,
regocijarme en la delgada tela que cuelga del éxtasis
y finalmente tumbarme
sobre el colchón de freesias del agasajo más grande...
El de poder soñar!

Posterior a eso
(o anterior, lo cual no importa),
desarmar ne pequeñas piezas entrañales
el beso de la musa enferma de ira
y devorármelas una a una
para morir vomitando gozoso.


[02/06/05]



(sin título)

Al punto de ebullición
nos comía la tierra,
tratando de no caer
en la mediocridad de querer
respirar
la energía que nos envuelve;

musas iracundas nos invaden,
y nosotros,
en las tabernas,
tratando de no mirar los jarros,
padecemos los aires espesos
cordobeses,
que de alguna forma mágica
nos empujan al casino del pandemonio
y sus bacanales
con una caricia sudosa
en nuestras frentes húmedas.


[29/01/06]



Dos perros negros
Dos perros negros
solos en la calle
le ladraban a los indeseables
gritones urbanos.
El transporte que a sangre
me lleva
pasa desapercibido
y la divina violencia en su mirar
no me acecha.

Invitábame la bestia
a burlarme con ellos
de la burda humanidad
que con sus pies transpirados
calentaban el asfalto.


[08/03/06]