agonizando después de toda una vida
de placer, a gusto con su final.
Era fácil para el poeta;
morir era sólo vivir otra aventura
inteligible.
"Veo mi cama, me veo a mi,
observo al rededor mío a mis hijos,
a mis compañeros que aguantan su llanto...
Así ha de ser, será la parte divertida
después de tanto sufrir."
La hora se acercaba y el voluptuoso poeta
parecía tranquilo...
"A ustedes, mis fieles compañeros,
mis últimas palabras daré.
Tres cosas les quiero yo decír:
No menosprecien al placer
ni al amor infinito,
pues de eso viviremos y por eso
moriremos.
Si al morir puedo, de alguna manera,
retornar,
les contaré cómo es,
como una postal.
Y tengan por seguro
que así ha de morir el poeta:
inentendido.
Pues aquí yace el poeta,
quien aceptó y vivió el martirio
de conocer la belleza
y el placer,
y así ha de morir
comprendiéndolo pero sin ser
perte de él."
06/02/2005
No comments:
Post a Comment