Parado sobre tu tumba, mirando a la pared

Después de los viajes etéreos del invierno,
al punto másximo de mi siniestridad,
procedo a pasear por esos lugares que más me deprimen...
Ahí estás, tan frío y sombrío,
no me provocas nada.
A eso le tengo miedo.

Ahora si estoy, por fin,
parado sobre tu tumba, mirando a la pared.
Fue tan fácil llegar a aquí, madre mía,
y fácil será salir, pero difícil volver sin morir.

He visto todo lo que tu no querías,
he probado todo lo que odiabas,
me regocijé en lo que vomitabas,
y ahora quería hablarte
parado sobre tu tumba, mirando a la pared.

Siento como mi ser cancerígeno se escurre al suelo,
lo siento y no me da lástima.
Quizás sea esta la solución para mi muerte en vida...
He de molestar a un muerto?
Mi catarsis es rebuscada:
Ella está desnuda sobre mi cama,
todo está bien, pero ella no existe.

Te veo llorando tras una lápida,
solo la tumba entiende al poeta
y si tu entiendes a esta tumba, en mi gracia serás,
sino odiame que te odiaré con euforia!
Y nuestros rey murió sin ser entendido.

He venido a burlarme de los muertos,
quizás así pueda sentirme vivo, pero no más feliz
ni dichoso.
He venido a ver como tacen plenos en sus cajas,
tienen un lugar y cabe en él.
He venido a ver lo que no presenciaré aún,
he venido para ver lo que les falta para sentirme mejor,
pero parado sobre tu tumba, mirando a la pared
me fui deprimido.

Algún domingo de septiembre del 2005